Es sorprendente la capacidad que tienen los dirigentes de este deporte para hacer las cosas mal. Ahora mismo, un equipo de la liga Asobal se dispone, con todo el derecho del mundo, a denunciar a la Federación Española (o incluso a la Europea) por haberse saltado a la torera sus propias disposiciones, robándole así el derecho a participar en la próxima Champions.
El equipo es el Ademar León. Como ya sabréis, en teoría el campeón de la Copa Asobal tenía plaza en la Champions. Cosa sabida y aprobada por todos los equipos de la liga, pero que algunos (Valladolid, vamos), han decidido olvidar cuando no les convenía.
Ahora la EHF, ese organismo que tanto hace contra su propio deporte, ha dado la plaza al Valladolid, y manda a Ademar a una durísima repesca con tres equipos de mucho cuidado (Lemgo, Celje y Kadetten). Y para más recochineo, le ofrece el “derecho preferente” a organizarla… pagando unos 45.000 euros, claro. Toma ya. En Léon le llaman cacicada europea , y quizá se queden cortos.
Ademar está pensando en ir a los tribunales, y hará bien. Pero alguien debería ir pensando en que estas cosas sólo debilitan las posiciones de la liga española. La Federación Española sigue demostrando que está de más (nada soluciona, ni siquiera su propio déficit gigantesco) en el balonmano profesional. Los clubes de Asobal siguen demostrando que son incapaces de remar en la misma dirección (ahora me conviene, ahora no). Y el balonmano seguirá condenado a ser un deporte de segunda división y por muchos años.
¿Qué pasara si León va a los tribunales y demuestra tener razón? ¿Quién pagará los platos rotos?
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