Empezar bien, seguir mejor. Hungría nos dio una soberana paliza en el primer partido del último Mundial, y parece que había ganas: hoy el Europeo de balonmano ha visto un equipazo (España) y un equipillo (Hungría), este último dedicado a dar golpetazos inmundos protegido por unos árbitros de opereta.
El caso es que les hemos dado una paliza de reyes: 25-34, y hubiera sido más si simplemente se hubieran pitado las defensas interiores flagrantes. Pero eso ya es historia: muy bien Alberto Entrerríos, grandísimos Prieto y Morros en el centro de la defensa. Y bien por Valero: para cuando los húngaros se han dado cuenta de la defensa 5-1 sobre su central que les había dispuesto, ya iban seis goles abajo
Mañana descanso. El viernes, Francia: que vayan pasando