No me gusta escribir cuando mi equipo pierde. Mal, mal: y menos cuando mi equipo es la selección española de balonmano y, encima, pierde como perdió ayer contra Polonia.
Y no es que España no pueda perder. Pero no me gusta escribir que España se pareció horriblemente a la del pasado Mundial. Porque el rival sabía qué hacer con nosotros, pero nosotros no qué hacer con el rival. Porque hicimos la misma defensa y el mismo ataque que en los partidos anteriores, y la gente ve vídeos y aprende. Porque no fuimos capaces de cambiar el guión en todo el partido.
Mal, en fin. A ver si mañana, contra Alemania, reaparece la otra España.