Que haya fiesta mañana, qué coño. Cada socio puede llevar cuatro invitados (o hasta que se acaben las entradas, claro). Y luego el club se ha estirado: habrá choricito frito, música y vinito pa tós. Será en el vestíbulo principal, detrás de la grada de preferencia.
Pues sí, eso: que haya fiesta. Pero antes, por si acaso, mejor será ganarle al Octavio. Mi sorpresa de este año, la verdad: que este equipo, con esos jugadores, haya descendido es un misterio. O quizá no tanto: cuando un club hace las cosas mal (o sea, no paga durante varios años seguidos, y por tanto tiene que cambiar a casi toda su plantilla año a año) se arriesga a que pasen estas cosas.
Ojo, pues. Me ha gustado volver a ver a Josep Masachs (que vuelve el año que viene a San Antonio, otro que tal) y a Gus Alonso, que quiere seguir jugando al menos otro año, y que negocia con el club. Espero que a los dos les vaya bien.