Me gusta el balonmano, y me gusta el poker. Y a ninguno de los dos juego (o al menos, bien). Ni siquiera en los días libres, como los que ahora tengo.
Ahí va una de poker y balonmano. El gran David, Superbarrufet en persona, jugando al Texas Hold’em. Con no demasiado éxito, todo hay que decirlo: