Qué gusto da volver de viaje con tan buenos recuerdos. La carretera desde Cuenca es un poco pesada (sobre todo, si te cae el diluvio universal, como a mí), pero al menos todos volvemos contentos.
Ahí van algunas cosas que me vienen a la cabeza de la noche de ayer en El Sargal. Gran noche, otra vez.
Un porterazos, dos porterazos: Lorger estuvo tremendo (12/26). En la puerta del pabellón, Gurutz Aginagalde me cogió y me dijo: “Ya puedes poner que Gregor ha estado impresionante. Porque es muy difícil no jugar nada en dos partidos y hacerlo así de bien“. Así son los compañeros de verdad. Y ahí tenéis parte del secreto de este Naturhouse.
El Sargal se relaja: Siempre me ha parecido que la afición conquense iba un punto demasiado lejos en su ánimo. Ayer me pareció que se había relajado algo. Sigue siendo caliente, pero ha dejado algunos malos modos de antes. Ayer, por cierto, terminó pitando a su equipo y pidiendo la dimisión de su entrenador. Cosas ambas que eran nuevas, me contaban.
Superparra: Este chico que saca la lengua está haciendo los mejores partidos desde que llegó a Logroño. A ver si sigue, porque está consiguiendo despejar muchas dudas. Y eso que juega lesionado.
Pérez Marne manda: Como siempre que jugamos contra los rojos, el morbo es ver a Diego Pérez Marne en acción. No pude hablar con él tras el partido, es una pena. Este año está jugando muy bien; de hecho, me parece que Cuenca tiene bastante “marnedependencia”, y eso no acaba de ser bueno para un equipo.
La peña del Voltarén: El Naturhouse es un equipo adicto a los antiinflamatorios. Tanto golpe y tanta lesión no impiden que todos salgan corriendo como alma que lleva el diablo durante los 60 minutos. Mucho bravo hay en este equipo, sí señor.
¿Qué preferimos?: Son las siete de la tarde. Ahora mismo empieza el Granollers-CAI. Y no sé que preferir. Si pierde Granollers ya somos séptimos seguro (o casi). Pero si pierde el CAI, podemos soñar con algo más, porque los maños tampoco tienen buen calendario. No sé qué preferir, lo dicho.