Pues ahí se queda el Naturhouse: noveno, demasiado lejos de abajo como para tener miedo de verdad, demasiado lejos de arriba como para tener esperanzas de verdad. Es el terreno más temido por todos. La tierra de nadie.
Lo que estas situaciones provocan es desapego. La afición sabe que el equipo ya no va a ir a gran parte, y los propios jugadores también. Además, en el Naturhouse ya mucha gente sabe que no seguirá el año que viene, y la cabeza se dispersa. Queda, eso sí, Europa. Las semifinales son posibles, ojo.
Una cosa me ha llamado mucho la atención: la roja a Garabaya. Me dice mi compañero Miguel, que estuvo en Eibar, que fue un golpe dado con el brazo extendido y de espaldas. Muy raro para una roja, y más un minuto después del principio del partido. Y más a un jugador respetado, como Garabaya.
A eso hay que sumarle que hace diez días vimos una doble amonestación para Garabaya, algo también muy raro de ver. Y yo no creo en las casualidades, mucho menos en lo que se refiere a árbitros. ¿Qué le están cobrando al pivote del Naturhouse? Estaremos atentos.