La derrota de ayer en Pamplona me dolió mucho. No sentía una sensación parecida desde que el Naturhouse cayera en Puerto Sagunto, en la primera vuelta. La razón es sencilla. El CB Ciudad de Logroño es, por presupuesto y, sobre todo, por calidad, muy superior al Anaitasuna, un equipo que fue diseñado inicialmente para ascender a la Asobal. Y ayer, pese a que el Naturhouse tuvo momentos de buen balonmano, sucumbió. Y lo hizo por varios factores.

El acrobático salto de Jorge no impide un gol de Borragán. Foto: Jonathan Herreros

Primero y principal, por una cuestión mental. El Naturhouse no gana desde el 18 de diciembre y esa es una piedra pesada para llevar sobre su espalda. Además, no sabe rematar los partidos cuando se le ponen a huevo, como ayer, cuando en su mejor momento se puso 7-11. Además, últimamente no sabe aprovechar las superioridades (ayer tuvo cinco). Entre otras cosas, muchas veces la presión le puede, como en pabellónes como el de ayer (precioso, por cierto), o el de Cuenca o incluso el de Sagunto.

Cierto es que hay jugadores que no han rendido lo que se esperaba, como Nikola Prce, que ayer marcó 6 goles… pero en 16 intentos. Algunos de ellos, como el último balón para el empate, al bulto, al medio de la portería. El lateral, que creo que no ha encontrado su sitio en el equipo, llega a desquiciar a muchos aficionados que le ponen en el centro de las críticas. Pero Prce tampoco es el único responsable. Ayer, tampoco funcionó bien la defensa, sobre todo para detener al escurridizo Ricard Reig, que le hizo un roto al centro de la retaguardia franjivina.

Y también creo que hubo un error en la dirección técnica. Jota se obcecó en colocar a los laterales altos en casi todo momento y en no utilizar a jugadores más fintadores como Álex Dujshebaev y Sasha Tioumentsev, que acabó jugando de central. Yo por lo menos no lo entendí, pero de esto sé muy poco.

Ahora hay que mirar hacia adelante, que pasado mañana el Naturhouse debuta en la Copa del Rey. El partido contra el Barcelona es a las 21.00 horas y lo da Teledeporte. El equipo saldrá mañana por la mañana hacia Torrevieja y se entrenará a las 19.00 horas. Y pese a la historia, las estadísticas y a todos, creo que es posible hacer algo. Total, no hay nada que perder.

Una última costita de ayer, en el descanso, la pista del Anaitasuna se llenó de niños que se dedicaron a jugar al balonmano, a correr y a hablar con los jugadores. Me pareció entrañable y espero que algún día esa escena se pueda ver en Logroño. Aquí os dejo las imágenes que hice con mi teléfono.