El pivote Ángel Romero ha sido presentado hace unos minutos como jugador del CB Ciudad de Logroño. O lo que es lo mismo, Angelito ya está en casa. Han sido tres años fuera (dos en el Cuatro Rayas Vallad0olid y uno en el Atlético de Madrid), en los que ha crecido, se ha fogueado, se ha codeado con los mejores, ha adquirido más experiencia… pero él sigue siendo el mismo. La felicidad que tenía el pivote en esa sala de prensa de su Palacio no la podía disimular. Ángel Romero rebosa ilusión por los cuatro costados. Una palabra ésta (ilusión) que repitió hasta la saciedad durante su presentación.

Ángel Romero y Jota González, tres años después, en la presentación del pivote como jugador del Naturhouse.

Nadie va a descubrir qué clase de jugador es Angelito. Un luchador en la línea de seis metros, un atacante nato, un goleador de raza, con unas manos gigantescas y un cuerpo que ha sabido esculpir durante su trayectoria (sólo hay que ver cómo estaba el valenciano en la época con la que consiguió el ascenso a la Asobal). Pero sobre todas las cosas, Ángel Romero es uno de los jugadores más queridos por la afición franjivina. De hecho, al acto de hoy acudieron algunos aficionados para darle la bienvenida al gigantón valenciano.

“Antes que nada quiero agradecer al club la confianza que han tenido en mí. Vengo con mucha ilusión, con todas las ganas de ayudar. Esto es volver a mi segunda  casa y llego con muchas ganas de luchar”, comenzó explicando el pivote, que considera que durante estos tres años ha adquirido una experiencia “tremenda”, compartiendo vestuario con jugadores que lo “han ganado todo”. Pero además de ser su segundo hogar, a su juicio el Naturhouse ahora “es un equipo grande”, algo “que ha demostrado este año”. “Aquí hay un trabajo tremendo, de muchos años, una labor digna de alabar”.

Aunque en esta foto del club tiene el dorsal 24, Angelito utilizará el 59.

Angelito no podrá usar el 5, dorsal que llevaba antes y que pidió Aidenas Malasinskas (que obviamente no usará el 13). Será el 59 el que cuelgue de esa espalda ancha, en recuerdo al 5 que tuvo antaño y al 9 que llevó en el Atlético de Madrid y que utilizó como jugador su representante Juan Alemany.