Con dos c… Pero que bien grandes. El Naturhouse demostró anoche de qué pasta está hecho. Porque da igual que su jugador estrella se vaya a otras ligas o que cuatro de sus mejores efectivos estén en el banquillo de los lesionados o que no tenga un zurdo para el lateral derecho. Jota había pedido compromiso y los jugadores respondieron con eso y con mucho más. Hubo entrega al máximo, hubo amor propio, hubo huevos mayúsculos. Como sabéis, muchas veces no puedo aguantar la emoción mientras trabajo. Y ayer fue uno de esos días. La pobre Virginia (del El Correo), que hoy cumple años, ya me conoce, pero ayer nos usurparon nuestros sitios habituales y nos tuvimos que marchar cerca de otros compañeros, que fliparon un poco, creo yo.

Josep Masachs, una de las figuras del Naturhouse, celebra uno de sus tantos. Foto: Fernando Díaz

En fin, que fue una de esas victorias para gozar, para hacer afición, para contagiarse, para compartir. Eso sí, pese a la derrota del Ademar el Guadalajara asoma la cabeza también en lucha de la Copa Asobal. Por eso, el Naturhouse debe seguir con la misma mentalidad para jugar ante el Anaitasuna el próximo sábado.

Con respecto al equipo, Thiagus volvió a ser un titán. No tiene techo el brasileño, que es el alma de la defensa y el referente en el ataque. Además, hace todo esto con una humildad que es admirable. Tremendo lo del pelopincho. Sasha Tioumentsev jugó un partidazo en la segunda parte. Encaró con su potencia y habilidad, ganó casi siempre y empezó a soltar ese brazo que parecía atenazado. Además, defendió en el lateral, en el extremo y donde hizo falta. El de anoche es quizá su mejor partido de una temporada en la que no terminaba de aparecer. Espero que no se quede ahí y que Sasha vuelva a ser tan necesario como antaño para un equipo que se lo agradecerá.

También quiero destacar a dos jugadores más: Ángel Romero, que se dejó el alma en la defensa y en el ataque, jugando casi todo el encuentro. Además, en defensa (que es lo menos habitual) lo hizo muy bien, con muestras de gran agilidad para anular los avances del Huesca, que capítulo aparte, tiene un equipazo (que ayer, por suerte para nuestros intereses, no supo tranquilizarse en los momentos críticos). Y también es justo reconocer el partidazo de Josep Masachs, que corrió como nunca, que definió como siempre y que fue un baluarte tanto en defensa como en ataque. Además, lo que pocos saben es que jugó con un tobillo muy inflamado.

Masachs muestra su tobillo hinchado a Rubén Garabaya. Foto: Fernando Díaz

Y por último, quiero hacer mención a la afición. Dicen que en Logroño somos muy fríos. Pues ayer no quedó demostrado. Las 1.500 personas (que ya son para un miércoles a la noche) que acompañaron al equipo volvieron a ser tan importantes como cualquier jugador de campo. Indispensable para un equipo que quiere pensar en la zona alta aunque los cuerpos ya no puedan más.

El público disfruta del triunfo ante el Huesca. Foto: Fernando Díaz

El Naturhouse debe descansar. Masachs terminó con el tobillo de esa guisa, Angelito Romero con varios golpes, igual que muchos de los jugadores. El sábado, a las 20.00 en el Palacio, hay que dejarse el alma otra vez. Allí estará mi compi Nafarrate, ya que no estaré en Logroño por cuestiones personales. Pero seguiré el Scribble sin perderme detalle, animando desde lejos.