Emoción, abrazos, saludos, regalo de material a la afición (los jugadores no se imaginan cómo valora eso el público), incluso alguna lágrima que se escapa. A mí por lo menos, porque hay caras que el año que viene no veré diariamente. Amigos que se marchan hacia nuevos horizontes, gente a la que aprecio mucho que, por una cosa u otra, no estarán en el equipo la temporada que viene . El triunfo 35-17 ante el Juenfersa Gijón fue una excusa para que se viva nuevamente un ritual entrañable: los manteos. Pero antes, fuimos testigos de un gran partido del Naturhouse, de una generosa ovación del Palacio de los Deportes a Jorge Gómez Lite, que increíblemente para muchos ha decidido colgar las zapatillas, y de un minuto final con todo el pabellón en pie, aplaudiendo a un Naturhouse de Champions, que fue de los 16 mejores equipos del continente, y que marcó el récord de los 48 puntos.
Impresionante minuto final con todo el público agradeciendo a la plantilla y al cuerpo técnico y médico el gran año vivido, pese a que en algunos partidos se sufrió. Doy fe de ello. Y mi corazón también. Y llegaron los manteos. El primero que volvó por los aires fue Thiagus Petrus, que jugará el año próximo en Hungría; luego fue Gómez Lite, un abogado que querré que me defienda en el futuro; Luisfe Jiménez, que jugará en el Toulouse, fue el siguiente. Aquí deja parte de su corazón, además de buenos amigos. Juanín García no quiso someterse a la tradición pese a que Luisfe y Albert Rocas le tendieron una emboscada. El que sí voló fue el bueno de Ace Jonovski, un gran tío, amigo del diálogo y las buenas formas, aunque en la pista se le vaya la mano. Otro que no quiso ser manteado y que es un pedazo de cielo fue Ángel Romero, un jugador que consiguió el ascenso del CB Ciudad de Logroño, que emigró al Valladolid y al Atlético de Madrid, que regresó a su casa y que no continuará el año que viene. Y recién operado, tampoco pudo ser manteado Patrick Eilert, que según me dijo al abrazarle después del partido, regresará a Dinamarca y dejará de jugar al balonmano profesional. Toda la suerte del mundo a otra muy buena persona que ha preferido continuar su vida laboral por otros derroteros. Aquí las imágenes que capté hoy con mi móvil como aficionado.
La temporada se acabó para los jugadores del Naturhouse, que por estas horas estarán cenando todos juntos para despedir una gran temporada. El lunes, a las 12.00 horas, llegará el turno de los balances, de escuchar las altas y las bajas (aquí muchos de los que hablan por hablar se deberían sonrojar) y de empezar a soñar en otra gran campaña.
Personalmente, quiero dar la enhorabuena a esta pedazo de plantilla; a un cuerpo técnico y médico que sé que no vivió especialmente un camino de rosas para conseguir los objetivos propuestos; a una directiva que sabe bien qué hace, dónde quiere estar, hacia dónde quiere ir; a todos vosotros por estar del otro lado de cada Scribble Live, de cada post, de cada artículo que escribo en Diario La Rioja, de cada vídeo que con mucho esfuerzo intento ofreceros; a mi familia, que comprende mis ausencias y ha aprendido a disfrutar de mi labor, y especialmente a los responsables de la empresa en la que trabajo, Nueva Rioja SA, que desde el minuto 0 ha estado apoyando este proyecto, que hace un esfuerzo terrible para enviarme a todos los desplazamientos nacionales y europeos, y que no dudo en que seguirá el mismo camino transitado hasta ahora. A todos vosotros, gracias.
Por último, la Peña Orgullo Franjivino entregó a Pedro Rodríguez el premio al mejor jugador de la temporada. Después del partido, durante esa hora en la que los jugadores regalaron camisetas, se sacaron fotos con los aficionados, la peña le entregó unas botellas de vino al gallego. Aquí la imagen de los amigos de la peña.