Regresa el Naturhouse con una derrota de León. Una derrota justa. Porque los franjivino quedaron empequeñecidos por la intensidad del Ademar, que jugó con mucho más claridad que los riojanos. El Naturhouse regresa de León triste, pero no preocupado. Es cuestión de hacer las cosas que saben, de levantarse y andar. Estamos en la segunda jornada y queda un mundo por delante, aunque la sensación sea otra porque el sábado visita el Palacio de los Deportes el todopoderoso Barcelona. Pero quiero recordar que el último equipo que le ganó, allá por mayo del 2013, fue el CB Ciudad de Logroño.
Se pueden hacer análisis sesudos de la derrota de esta noche en León, pero si hay algo que es importante destacar es que no es decisiva. El 27-23 tampoco es un margen que debería preocupar, cuatro son pocos goles de cara a un golaverage y la temporada es eternamente larga. Esto acaba de empezar.
En resumidas cuentas, el Ademar jugó una extraordinaria defensa, agresiva y con un Vladimir Cupara estelar, con paradas determinantes. No fueron muchas (13), pero sí en los momentos idóneos. Y en ataque supo encontrar los huecos de la retaguardia franjivina. El Naturhouse chocó con Cupara y no tuvo las ideas claras para buscar otras situaciones para desequilibrar. El Barça, el sábado a las 17.00 horas (sí, el día del cohete), no es el mejor de los adversarios para levantar cabeza. Pero quien sabe…