Nadie había ganado esta temporada en Valladolid, una pista donde se respira balonmano por los cuatro costados, como en León. Huerta del Rey era el fortín del Recoletos Atlético Valladolid. Hasta hoy. Un intenso Ciudad de Logroño, con una gran actuación defensiva, sobre todo en los últimos minutos de la primera parte y en el último cuarto de encuentro, derrotó al bloque pucelano por 25-30. Triunfazo que permite a los de Jota González, pese a mantener la octava plaza, meterse de lleno en la pelea por plazas europeas. Pero esta vez en una lucha cuerpo a cuerpo. Porque entre el segundo clasificado, un Guadalajara que recibe al Teucro, y el BM Logroño, hay solo dos puntos de diferencia.

Edu Cadarso, Kuñle Kusan e Imanol Garciandia rodean a Víctor Rodríguez. Foto: Rodrigo Jiménez/Norte de Castilla

El equipo jugó bien en su conjunto, aguantando la paridad de los primeros 28 minutos, intentando romper el partido en la segunda parte, mostrando temple cuando el bloque pucelano se puso a tres goles y sentenciando a falta de nueve minutos. Quiero hacer hincapié en la grandísima labor de Miguel Sánchez-Migallón, que acabó el partido lesionado (podría tener alguna rotura muscular), tanto en defensa como en ataque. Brillante partido del polifuncional manchego. También quiero destacar otro partidazo de Javi Muñoz, que lleva una segunda vuelta impresionante. El zurdo está siendo letal. Y junto a la defensa, fue clave hoy el papel de Gurutz Aginagalde, que se marchó con casi el 35 por ciento de efectividad. Pero, en general, todos aportaron para romper la imbatibilidad del Recoletos en su pista.

Con el agónico triunfo (32-31) del Granollers sobre el Anaitasuna, con penalti de Resina en el último suspiro, así queda la clasificación a falta de cinco partidos por disputarse.