Una clasificación con nombre propio
Gurutz Aginagalde no podía esperar un final más feliz. Era imposible. El Kadetten había tratado al Ciudad de Logroño como a un juguete roto durante 45 minutos. De hecho, los cuatro goles de renta con los que llegaba el equipo riojano desaparecieron antes del minuto diez de encuentro. Pero el equipo fue creciendo poco a […]