Espectacular lo de esta noche en Pamplona. Todo lo fue: el triunfo, el público (que acompañó al Naturhouse en masa desde la capital riojana), el susto que nos dio Jota, el tener el corazón en un puño, el vencer consecutivamente en un pabellón que se nos está dando muy bien… Todo fue increíble, pero no lo pude disfrutar como quería. El dolor que sufrió Jota en el pecho nos paralizó a todos (jugadores, directiva, cuerpo técnico y periodistas) y yo tenía toda una crónica por delante, que acabé escribiendo en un Mc Donalds cercano ya que el pabellón cerró a las 11 de la noche. Por suerte, todo se quedó nada más que en un un susto.

Con los nervios a flor de piel, remontando un 21-17 adverso a falta de nueve minutos, provocando que Jota tenga un espasmo muscular y que tengamos que sufrir más de lo habitual, el Naturhouse fue superior al Amaya Sport San Antonio, con un gran Niko Mindegía, aunque cuando Jota (una gran decisión técnica) le puso a Parra de guardián, poco más pudo hacer el equipo de Pamplona. Gran partido de Gurutz, que cuajó un 47% de paradas (detuvo 20 lanzamientos), y de Unai Arrieta, quien aportó seis goles y estuvo estelar en defensa.

Pero una de las cosas que más me gustó fue ver tantos aficionados del Naturhouse haciendo 180 kilómetros para ver a su equipo. Además, pese a ser menos que los locales, se hicieron escuchar el doble. Esa es la afición que necesitamos el domingo en el Palacio. Un gran saludo para ellos. Y por supuesto que para el equipo y para Jota. A celebrarlo que lo merecen.