No entiendo a la gente; en concreto, a un buen número de aficionados que demuestran que sólo están en las buenas, en la celebraciones, en las noches donde se escribe la historia de un club, pero que desaparecen cuando la cosa se pone intracendente o torcida. El Naturhouse no merece semejante trato. Y hoy, cuando más necesitaba a su gente el equipo después del golpe de moral que significó perder en Alemania, la masa brilló por su ausencia en el buen triunfo contra Puerto Sagunto. Una lástima. Hoy, en algunos pasajes, incluso se escuchaba el eco del Palacio, algo que sólo se percibe en los entrenamientos.
Pero bueno, habrá que tirar con lo que hay y deberé empezar a hacerme una idea de que el domingo el Palacio de los Deportes arrojará una imagen similar. Espero equivocarme.
Con respecto al partido de hoy, brillante Gurutz Aginagalde, firmando un 47% en la portería. También un aplauso a la defensa, sobre todo en la mixta con la que se anuló a Nikola Prce, y a los buenos contraataques que dieron al equipo muchos goles fáciles. En el plano individual, además del gran Gurutz, me gustó mucho Marc Amargant (nadie tiene sus tablas y lee el partido como él); Alfredo Sorrentino, con mucha movilidad en la primera línea; el Miguel Ángel Velasco del primer tiempo; el Unai Arrieta del segundo, y Ales Silva. El brasileño jugó un excelente partido, a mi juicio, con grandes detalles que no le había visto nunca.
Ahora hay que concentrarse en el Göppingen, y que se enteren que este equipo también puede meter nueve goles (hoy, sin despeinarse la diferencia fue de ocho), aunque el rival sea un todopoderoso. Porque la esperanza es lo último que se pierde. Por lo menos yo y esas mil personas que hoy aplaudieron a los suyos.
Por Martín Schmitt
Foto: de la página web del Palacio