Digámoslo de una vez: esta liga da asco. La que hace unos años podía aspirar al título de “mejor liga del mundo” está ahora pagando con creces su mala cabeza. Pagándolo muy caro: que el tercero, el cuarto y el quinto de esta liga estén en bancarrota es una tragedia.
Hora es de ir pensando, señores, en que esto no puede seguir así. Y que seguir haciendo las cosas igual para que todo cambie sólo nos lleva a la ruina más absoluta. Desde que el CB Ciudad de Logroño subió a la liga Asobal la lista de equipos que han desaparecido o bajado por motivos económicos es larga: Altea, Algeciras, Almería, Teka Cantabria, Arrate, Alcobendas, Puerto Sagunto, Torrevieja. Y muchos, en años teóricamente de bonanza económica.
Pero con ser eso lo malo, no es lo peor. Lo peor: los clubes que fichan lo que no pueden pagar, que prometen contratos con más negro que blanco, que torpedean la propia liga firmando fichas que saben (porque lo saben) que no podrán abonar nunca. Así estamos ahora: Ademar, Valladolid, Caja3 Aragón, tres equipazos cuyo futuro parece negro.
Es hora de cambiar para sanear. Es hora poner las normas como Dios manda: el equipo que en julio no esté al corriente del 100% de las nóminas (en A y en B), que baje. El equipo que tenga deudas de años pasados, que no pueda subir. Saneemos esta liga antes de que se nos rompa del todo. O sigamos asistiendo con buena cara al espectáculo de cómo la Asobal pasa a ser un espectáculo ridículo.
Por Pablo Álvarez