Uno va obligado (el trabajo es el trabajo) pero la verdad es que no me quejo: me apetece ir a Alcobendas. Seguro que hay más, pero ahora mismo, a bote pronto, se me ocurren diez razones para ir a ver el Alcobendas-Naturhouse. Y no todas tienen que ver con el balonmano.
- El sueño: será difícil, será mucho pedir, será todo lo que se quiera. Pero el Naturhouse podría estar en Europa. Y a Europa, como todo el mundo sabe, se va por Alcobendas.
- El rival: Alcobendas ya no es aquel equipín que vimos en Logroño. Ahora muerde. Aún no ha perdido en casa en la segunda vuelta. Y le ganó a Ademar.
- Está cerca: 328 kilómetros por Soria , 368 (pero más directo y quizá más rápido) por autopista. En tres horitas y pico uno se planta allí. Consejo: salida 19 de la A-1.
- La novedad: Siempre está bien conocer cosas nuevas. Y, honestamente, ¿cuántos hemos ido de visita a Alcobendas? Nunca a la cama te irás…
- El ambiente: El Alcobendas está metiendo a más de 2.000 personas con regularidad en el Amaya Valdemoro. Y donde hay peña, hay espectáculo.
- La genética: una tierra que ha dado luz a esto…
algo tiene que tener en el ambiente. Merece una investigación.
- La maldición: El Naturhouse NUNCA ha ganado dos partidos seguidos en Asobal. Si el maleficio se rompe en Alcobendas, mejor estar ahí para verlo, ¿no?
- Los aledaños: Si uno tiene, digamos, un marido con alergia al balonmano, o una esposa que pasa del asunto, ahí va un argumento en forma de mapa (pincha aquí para agrandarlo):
El pabellón (A) está a cien metros en línea recta de Plaza Norte II, uno de los mayores (y más kitsch) centros comerciales de España (D). Y por si uno quiere remodelar el salón, ahí está Ikea (C). Todo en un parque comercial chemendo. De grande.
- La casualidad: una calle que bordea el complejo polideportivo donde está el pabellón se llama “Calle de J”. ¿Casualidad o designio divino?
- Por no oirnos: Rafa Elías (y probablemente yo) estaremos ahí, dando el callo en la retransmisión de TVR. Mejor verlo en directo (jej)
Y eso. Si alguien tiene más razones…