El empate entre el Naturhouse y el BM Aragón es de lo más loco que recuerdo en mucho tiempo. ¿Cómo se pueden hacer tan mal las cosas en tan poco tiempo? ¿Cómo hay que hacer para que los inicios de los partidos sean una losa? ¿Cómo se entiende que haya árbitros, como por ejemplo García Mosquera, tan malos en Asobal y aquí no pase nada? ¿Cómo es posible tirar por la borda en tres minutos algo que costó 45 conseguir? Después de lo vivido hoy en el Palacio tengo muy pocas respuestas a todas las interrogantes que me hago. Lo más positivo de todo es que el Naturhouse continúa tercero después de los empates entre Cuenca y Guadalajara y el Valladolid y Cangas, además de la recuperación de Sasha Tioumentsev, que tuvo buenos minutos como central.

Malasinskas intenta encontrar respuestas a lo que acaba de suceder. Foto: Fernando Díaz

Jota, en rueda de prensa, tampoco entendía muchas cosas. Achacaba el empate a la falta de puntería. El Naturhouse tuvo un porcentaje muy pobre de acierto, que ni siquiera llegó al 50%. Y así no se puede. El conjunto franjino falló nada menos que cuatro penaltis y pese a todo empató. Pero lo peor fue no saber administrar la renta de tres goles cuando faltaba poco menos de cuatro minutos. No se pueden cometer tantos errores en tan poco tiempo (exclusiones, ataques a toda velocidad, pérdidas de balón, lanzamientos apresurados). Y lo de los árbitros, de escándalo. Esta gente se puede equivocar, lo entiendo, pero no tanto y de forma tan evidente. Tanto en un lado y tan baldío en el otro.

Uno de los árbitros excluye a Jorge Martínez después de que el portero le reclamara una acción. Foto: Fernando Díaz

En fin, que me marché amargado del Palacio aunque vistas las cosas (porque hacerlo peor es difícil), el Naturhouse sale bastante indemne. Continúa tercero y en la pelea. Ahora debe buscar soluciones a semejantes despropósitos.