Arrollador. El Naturhouse no dio ningún tipo de opciones a un Frigoríficos Morrazo que acabó desquiciado con Richard Kappelin, que clausuró su portería y se marchó de O Gatañal con 19 paradas en 35 lanzamientos en 45 minutos de juego. Impresionante lo del guardameta sueco, que está mostrando su personalidad y que esta noche ha sido clave en la victoria 24-37 en una pista sumamente difícil ante un rival que parece desconcertado y que lleva encajados 72 goles en los dos encuentros de Liga que ha disputado hasta el momento.
Pero no solo se lució Richard Kappelin. Todo el CB Ciudad de Logroño estuvo a un nivel espectacular. Víctor Vigo fue el perfecto director de juego, encontrando huecos para sus compañeros o buscándolos él mismo. Carlos Molina, que reemplazó a un Philip Stenmalm que tiene dos dientes que se mueven y que mañana visitará al dentista, también respondió al envite. Al igual que Albert Rocas, Ángel Fernández y Pedro Rodríguez, con buenos números y aportando mucho. También me gustó Imanol Garciandia, que mostró desparpajo y se animó a lanzar desde lejos (marcó un tantazo a la escuadra). Pero para golazos el que se fabricaron Javi Romeo, que se resbaló en el momento de coger un balón suelto en el área, y sentado lanzó alto para que Pedro Rodríguez marcara un fly antológico.
La defensa estuvo a un gran nivel, pese a que los fintadores locales al principio llegaron con facilidad a la línea de seis metros. Pero ajustaron distancias y anularon a David García (se marcó un 1/8 el central) y Adrián Rosales. Jota González probó varias variantes defensivas y todas estuvieron en un nivel óptimo. Los tres pivotes, Rubén Garabaya, Alberto Val y Javi García, también jugaron en un gran nivel, todos aportando esfuerzo y goles. Un partido redondo que deberá servir para muchas cosas, entre ellas, para viajar con la moral alta a Rusia la semana que viene.