El Naturhouse volvió a ser el Naturhouse. Los franjivino se reencontraron con su buen juego, una intensa defensa y una gran portería para barrer al Benidorm de su propia pista (21-32) . Un Palau en el que sucumbió el Granollers y del que el Ademar (que está pasando su mejor racha después de destrozar esta noche a los vallesanos 33-21) sólo pudo sacar un empate. Después de unas semanas de dudas, en las que se acumularon los fallos defensivos y los errores de ataque, el CB Ciudad de Logroño jugó un partidazo que refuerza su moral y que mantiene a raya precisamente a los leoneses.
El Naturhouse necesitaba un triunfo así, gustándose, sacando a su adversario de la cancha. A nivel individual, Richard Kappelin hizo un gran partido: 17 paradas de todo tipo. Rubén Garabaya comandó una defensa muy seria, con Carlos Molina y Miguel Sánchez-Migallón como fiel escuderos. Pablo Cacheda supo leer perfectamente el partido, buscando siempre la mejor opción. Pero lo mejor de todo fue el conjunto, el equipo, que sacó adelante un duelo que se preveía mucho más complicado. Pero el mérito es del Naturhouse, que anuló a su rival. Por cierto, el equipo dedicó el triunfo ay a Ángel Fernández, de muy buen partido también, y a su familia, que perdió a su abuela el jueves e hizo un esfuerzo grande en viajar a Benidorm para jugar.
El presidente del Benidorm entrega una camiseta conmemorativa a Diego Moyano, que jugó su partido 500 en Asobal con 45 años de edad. Foto: M. S.