Costó. Y mucho. No es fácil jugar en pistas como la de Puerto Sagunto, un pabellón pequeño pero que no para de animar a los suyos, a pedir pasivo en el segundo pase, a volver esa pista ensordecedora. Un clima en el que los equipos visitantes se anulan, se nublan. Como el inicio del conjunto franjivino, al que se pudo sobreponer con calidad defensiva. Y eso que Ángel Pérez de Inestrosa y Pozzer encontraron huecos una y otra vez en la retaguardia riojana.
El Naturhouse supo abstraerse del ambiente y sacar adelante un gran triunfo ante un equipo muy bueno. Al final de temporada veremos quién es capaz de ganar allí. De momento, el Ademar sólo pudo arañar un empate y según los aficionados valencianos, bastante discutido. Por ese motivo, los aficionados locales recibieron a los árbitros con tarjetas negras, cansados de los “malos arbitrajes”. El equipo de Jota González consiguió armarse en defensa y correr para batir a un Bruixola que pese a todo, se marchó con quince paradas.
La entrada de Kappelin, que jugó enfermo, la reconstrucción defensiva, y la capacidad para no dejarse atrapar por el entorno, limpiaron el camino franjivino hacia el triunfo. En el apartado individual, me gustó el portero sueco, Luisfe Jiménez (especialmente su primer tiempo), la frialdad de Ángel Fernández, la cabeza de Vigo, las fintas de Haniel Langaro… Hay mucho equipo y insisto en lo importante de ganar en una pista como el Ovni.
Bueno, amigos, en el autobús se respira tranquilidad por el trabajo bien hecho. Tanta que hasta Iñaki Peciña, de buena segunda parte, se ha creado una cuenta de Twitter (@ipeci5). No hay tiempo de celebrar y dormirse en los laureles. El sábado, 17.30 horas, llega al Palacio el Tatran Presov. Por cierto, a partir de las 14.00 habrá una paellada (una de carne y otra vegetal) que costará 5 euros, con pan y bebida. Balonmano a la europea. Aprovechemos esto. Nos vemos en el Palacio.