Brillante. No hay otra palabra para describir el partido que el Ciudad de Logroño le disputó al FC Barcelona y que acabó empatando. Porque desde el planteamiento hasta la ejecución, incluido el inmenso apoyo de su afición, el Ciudad de Logroño jugó para ganar. Y se fue con un punto que le sabe a muy poco. Y contra el campeón español de los últimos nueve años y candidato a ser el mejor equipo del mundo.Un 28-28 que parece insuficiente y en la que los árbitros, sin mucho ruido pero justo el necesario en el momento puntual (como apuntaba un aficionado en Twitter) como para dar alas a un Barcelona que realmente se vio contra las cuerdas.
Voy a contar una confidencia. El lunes, mientras pateábamos kilómetros y kilómetros de aeropuertos por Budapest, Munich y Madrid, Miguel Ángel Velasco me aseguró: “Vamos a ganar al Barça el miércoles”. Le contesté que me entiusiasmaba ver la ilusión que había en el cuerpo técnico y los jugadores, pero me frenó en seco y me repitió: “No digo que quizás le ganemos al Barça. Le vamos a ganar al campeón”.
Y la verdad es que Velasco hizo un planteamiento perfecto del encuentro. Y, repito, la ejecución estuvo a la altura, ahogando con su defensa al ataque del Barça, que se volvió espeso y que en la primera parte logró sólo 12 goles. Era lógico que con el fondo de armario, el equipo azulgrana reduciría los cinco goles de diferencia. Y así fue, aunque el Ciudad de Logroño jugó con cautela, supo sufrir y aguantar algunas decisiones muy dudosas de los árbitros. El claro ejemplo fue una falta en el bloqueo que le pitaron a Kule Kusan sobre Aleix Gómez en el último tramo del choque. Pero volvió la defensa agresiva y estudiada del Logroño, amargando a Dika Mem, N’Guesan, Palmarsson y compañía. La defensa y Sergey, que paró balones importantísimos. Unos gladiadores.
Por todo eso, la sensación general es que del Palacio nos marchamos todos con gusto a poco, porque el Ciudad de Logroño mereció mucho más. Sé que el Barça se marchó muy jodido de La Rioja. Llegará enfurruñado a la Copa del Rey, otro momento para ver si lo de esta noche fue casualidad o no. Y otra cosa: hay que aprovechar este punto con el que nadie contaba (menos Velasco) y no ceder en la Liga. Ahora el Logroño depende de sí mismo para ser campeón de los mortales.