Enseguida vuelvo para Logroño, que esta tarde toca baloncesto. Pero mientras, algunas cosas que deja el partido de ayer, divertido, con sufrimiento y muy interesante.
El cambio: Ya podemos acostumbrarnos a que el Naturhouse ha cambiado. El equipo que antes jugaba con un ataque rápido y combinado, a marcar más que nadie, ha cambiado para apostar por los marcadores bajos y la defensa. La necesidad manda, supongo. Ayer no fue del todo mal.
La defensa: Jota explicaba tras el partido que había optado por “sacrificar” a sus dos laterales izquierdos (Amargant y Sorrentino) teniéndolos siempre en el centro de la defensa. Así ganaba en defensa, pero perdía rapidez (porque era un cambio más) y quemaba a sus laterales, que apenas podían atacar. Marc y Alfredo estuvieron, eso sí, tremendos atrás. La clave del partido.
El ataque: Con los laterales izquierdos muy exigidos (Marc estuvo bien), con los pivotes muy vigilados y con Paco López jugando 60 minutos (llegó fundido) las opciones de ataque eran pocas. Así, el Naturhouse jugó mucho uno contra uno, muchas situaciones individuales. Por eso Tioumentsev estuvo tremendo. Pero se notó que costaba un mundo hacer gol.
Paco: Muchísimos minutos. Quizá algo nervioso al principio, no estuvo nada mal. No tuvo suerte en el tiro: tres palos, y al final 2/7. Tuvo el balón de la victoria: eligió bien, jugó bien el cruce, tiró cuando debía… pero el tiro le salió al pecho de Ohlander. No se le puede culpar: con 60 minutos, el brazo pesa. Pero un partido esperanzador.
Sasha: Muchísima responsabilidad le espera en los próximos partidos. Sus cualidades de finta y tiro son casi únicas ahora mismo en este equipo. Ayer hizo 5/8, y dio muchas más cosas. Bien
Isma Juárez: No es fácil hacer de Bashkin en este equipo. Juárez no lo hizo nada mal, y marcó 4 de los 5 penaltis que tiró (y el que falló fue gol, porque la pescó Amargant). Ánimo.
La esperanza: Jota González, que no es precisamente el rey de los optimistas, decía esta semana que veía “muy difícil” volver a puntuar en lo que quedaba de primera vuelta. Bien, ya se ha equivocado. Ahora, el cielo es el techo…