Hoy me despierto con dos vídeos. Los dos tienen una cosa en común: la tarjeta roja.
El primero: esperar hasta el segundo 16.
(Igual es que pensaba que era fútbol americano). En el segundo, en la repetición se aprecia lo que ocurre:
La pobre chica que estaba tan tranquila de espaldas y sin enterarse de nada…