Una de zoquetes
A quien corresponda: es usted un zoquete. O quizá la culpa sea de más de uno, así que pluralizo el epíteto. Son ustedes unos zoquetes, entonces. De los gordos, sí señores. Son, eso sí, zoquetes geniales. Porque hace falta su puntito de cerebro para inventar el peor trámite burocrático de la historia de la humanidad. […]