Usted tiene la culpa de que tanta gente muera en la carretera. Nadie más que usted: ni el Gobierno, ni el mal tiempo, ni las carreteras. Usted.
Usted, el que me pasó el otro día en la autopista a 200, intentado llegar antes que yo (supongo) a las señales de «peligro, obras» que había 20 metros más para allá.
Es usted, y punto. El que vi un día adelantando por la derecha en un atasco en la Nacional 1. El chaval estúpido que entró detrás mío en una gasolinera y me pasó por el arcén para llegar al surtidor quemando ruedas. El motorista loco que bajaba hacia San Sebastián tumbando de carril a carril, como si fuera un remedo en estúpido de Jorge Lorenzo.
Es usted, editor de una revista de coches que critica inmisericorde al carné por puntos, obviando que gracias a él han muerto un par de cientos de personas menos en España a lo largo de los últimos meses. No será perfecto el dichoso invento, pero reconozca que a usted lo que le jode es que le pongan multas sólo por, fíjate, correr como un loco.
Y los fabricantes sin escrúpulos que venden ‘antirradares’, y las revistas que admiten esos anuncios sin importarles un pedo lo obvio, que esos cacharros sólo sirven para correr más en cualquier carretera. Es decir, para poner más vidas en riesgo.
Tú también tienes la culpa, imberbe, que cumples 18 años, te sacas el carné y te compras un coche de 180 caballos. Ni lo controlas, ni lo puedes controlar: si te matas y matas a alguien será culpa tuya.
Se pueden decir muchas cosas. Se puede criticar que los radares se pongan sobre todo en autopistas, cuando las muertes se ven en las nacionales. Es lamentable que los servicios de urgencia tarden en llegar en España más que en otros países, y que nuestras carreteras sean peores.
Pero, al final, todo eso es engañarnos. La culpa es suya: piénselo.