No pasa nada
Envidio, y mucho, a la gente con fe. Ésos que saben –porque la fe no admite dudas– que tras palmarla les espera una eternidad, y no sólo una ilustre cofradía de gusanejos. Porque como pasa con el amor, eso de la fe es un regalo que nadie puede darte, y es una real pena: la […]