Momento histórico
Estaba yo comiéndome una seta (en El Cid, claro), cuando empezó la cosa. La Laurel estaba hasta los topes; entre las cuadrillas de padres con niño y las dos mil despedidas de soltero, no había quien parase: borrachos y cochecitos, gran combinación. La barra estaba lo normal de llena. O sea, un grupo de cincuentones, […]