Una cosa de putas
Nunca me he ido de putas. No lo digo, créanme, porque mi mujer suela leer esta columna. Es que es así. Tampoco es como para ponerse una medalla: ni ambiente, ni amistades, ni escrúpulos me han permitido esa querencia. No puedo hablar de primera mano, por tanto, de lo que estos días tanto se comenta. […]