>

Blogs

Cautivo y desarmado

Ciudadano americano

Ser ciudadano americano tiene grandes beneficios. Uno, por lo pronto, sale en las películas. El tipo se encuentra, digamos, atropellado por la policía bengalí y dice «¡no me puede hacer esto a mí! ¡Soy ciudadano americano. ¡Hablaré con mi embajada!». Luego, según si el director es Chuck Norris o no, el embajador aparece con los marines o pasa de todo y juega al golf. Pero la impresión ahí queda: soy ciudadano americano. Ojito con mi trasero, que tengo buena póliza.

Ser ciudadano español no tiene la misma buena prensa. Al menos, cinematográfica. Uno no se imagina una peli de Garci en la que un señor de Cuenca apalizado por la ‘Gendarmerie’ diga «soy ciudadano español». Igual hasta le pegan más. Por cutre.

Pero aún así, uno esperaría que si a un español le pegan un pepinazo con alevosía y a sabiendas, como al pobre José Couso, su gobierno iba a mostrarse un tanto indignado. No que, entre diplomacia y posturitas, iba a acabar pegándole un segundo pepinazo, igual de alevoso, ya muerto. Porque gracias a Wikileaks hemos aprendido que el gobierno español de Zapatero (el que no se levantó ante la bandera USA, recuerdo) perdía el oremus para que el caso no se investigara. Para que la familia, a la que se le decían palabras bonitas en público, acabara con palmo y medio de narices, estrellándose contra una justicia injusta. Para que el caso no se investigara, y para que el asesinato de José Couso acabara en el limbo.

La cosa funcionó, supongo. Zapatero se lleva tan bien con los yanquis que hasta Obama le invitó a un desayuno de oración. Y pa qué: somos nosotros, los ciudadanos españoles, los que tenemos que rezar.

Temas

Cada viernes, en Diario LA RIOJA

Sobre el autor

Cautivo y Desarmado: cada viernes, en Diario LA RIOJA. Lo escribe Pablo Álvarez, jefe de información de la web de Diario La RIOJA


diciembre 2010
MTWTFSS
  12345
6789101112
13141516171819
20212223242526
2728293031