Paren el Madrí
Que me bajo. Que paren el Madrí, que paso de esto. Aquí estoy, sí: dispuesto a renunciar al club de mi vida (lo cual viene a ser casi como abandonar a un hijo en la acera, por lo menos) por asco, tristeza y pena de ver en qué se ha convertido. Y más escandalizado aún […]