La máquina y el capullo
Desde hace unos años dejo que una máquina conduzca por mi. Al menos un poco. He cogido la costumbre de circular por autopista siempre con el control de velocidad encendido. Ya saben: le das a un botón a, digamos, 120 por hora y el coche sigue a 120 exactos hasta que tú le digas lo […]