Señores políticos. Dos puntos. En las próximas elecciones que les vote Rita. Sí, ya sé que, en fin, uno no debería hacer apología de la abstención desde una tribuna pública, por eso de que el voto es la voz del pueblo y tal y tal. Pero qué quieren que les diga: tengo en tanta estima a mi pobre papeleta, que no se la pienso dar. A ninguno.

No es que esté defraudado, no. Lo peor es que me esperaba de ustedes exactamente lo que me han dado. Cada uno. Del PP esperaba aislamiento y pasividad. Los ‘populares’ madrileños no han querido aprender lo que ya saben por ejemplo los riojanos: que ha llegado el tiempo del pasillo y el cambio. Pero no lo han aprendido, con la consecuencia (esperable) de que nadie se va ni a tomar un café con ellos.

Del PSOE esperaba juego a dos bandas y miedo a la izquierda. Paralizados por Cataluña, incapaces de discurso propio en ése y otros temas, su única maniobra esperable era parar a Podemos.

De Ciudadanos esperaba indefinición y buenismo. Obligados a huir del PP, han ido evolucionando a un anti-podemismo (correspondido) del que nada bueno podía salir. Y nada ha salido, claro.

De Podemos esperaba el grito del inflexible que sabe que tiene la verdad. El 21 de diciembre demostraron que no querían pactar con nadie, y no lo han hecho. Sólo un objetivo les alumbraba, y no es el cambio: era superar al PSOE.

De IU… bueno, de IU no se espera ya gran cosa. Acabará en Podemos, y el «acabará» no es un verbo inocente.

Y en fin, señores, puestas así las cosas, desde aquí ofrezco mi voto del 26J a algún exiliado en el extranjero, de ésos que siguen huyendo de este país que se nos va a la mierda y que no pueden, por no poder, ni votar. Acepto propuestas.