La política tiene muchas cosas buenas, cierto. Pero también malas. Y aunque nos guste mirar a Madrid, a veces ocurre que esas maldades aparecen bien cerquita de nosotros. Y así, lo que debería ser una cosa se transforma en otra. Síganme por el mapa de Logroño y les explico.

Estamos de soterramiento. Cosa para celebrar, por si alguien no se acuerda. Antes, el tráfico oeste-este iba de Duques de Ná- jera al cuello de botella del túnel de la calle Piqueras. El soterramiento incluía un cambio de ese eje, de manera que el tráfico se va al sur de la estación, a la nueva calle Miguel Delibes, hecha a doble anchura para absorberlo, y que lleva a la circunvalación.

Hay que cambiar, pues, el cruce de Duques de Nájera con Vara de Rey. Tras estudios de tráfico y capacidades, el proyecto concluyó que con un cruce en superficie vale, y que el túnel no era necesario. Así, además, se liberaban terrenos con los que pagar el obrón, y se rebajaba ese absurdo puente de Vara de Rey.

Ahora entra la política. Ocurre en Burgos lo de Gamonal, y hay quien ve en ello una oportunidad de meterle el dedo en el ojo al PP, convirtiendo el derribo de esa zanja inútil en una cuestión de levantamiento popular a los sones de La Marsellesa. Sin atender ni estudios técnicos ni razones, incluso quienes, como el PSOE, aprobaron el proyecto inicial cambian ahora de idea. Y hasta hay manifestaciones (en una ciudad que deja que su patrimonio se masacre sin un gesto) para salvar ese agujero.

Así que cuando el PP pierde la absoluta, toca hacer que se hace algo. Así que vamos a derruir ese túnel, cosa imprescindible, pero para hacer OTRO hacia Delibes, cuando todos los estudios dicen que no era necesario. Y de paso nos gastaremos un millón y medio de más. Ole.