No, la homeopatía no te va a curar de ninguna enfermedad. Más allá del efecto placebo, ningún preparado homeopático ha pasado jamás un estudio clínico serio. Los que te lo venden te están engañando y, en muchos casos, además lo saben.
No, los transgénicos no son malos para la salud. Se puede opinar sobre los peligros para la biodiversidad que puede tener la extensión de monocultivos, pero hasta el momento nadie (y digo nadie) ha enfermado jamás por uso de transgénicos. Y no, no van a cambiar tus genes. Eso es imposible. Y los que te lo dicen deberían saberlo.
No, no nos están fumigando en aviones misteriosos desde el cielo. Las estelas que ves las dejan los aviones comerciales, más numerosos que nunca. Y si lees algo que no sea ese foro de magufos lleno de conspiranoias, lo sabrás bien rápido.
No, ninguna enfermedad es creada por ningún «desequilibrio energético» en el cuerpo humano. De hecho, eso del «equilibrio energético» es una pamema del tamaño de La Almudena, superada desde hace tantos siglos que ya, sí, deberías saberlo.
No, las vacunas no son malas para tus hijos. De hecho, si la humanidad tuviera que elegir un avance colectivo como el más importante, probablemente fuera ése. Muchos millones de personas deben su vida a las vacunas, que antes de estar en el mercado pasan baterías de pruebas que aseguran su seguridad.
Que los seres humanos tenemos por naturaleza tendencia a la irracionalidad y la superstición lo demuestra que aún seguimos matándonos por dioses inexistentes. Pero, por favor, antes de creer en teorías de la conspiración anticientíficas, piénsatelo dos veces. Porque ninguna superstición es inofensiva: que se lo digan al niño de la difteria.