Ha nevado, y ha sido muy divertido. Visto desde fuera, claro: la clase política en pleno se ha enzarzado en ese deporte nacional tan divertido que es echarse la culpa. Esta crónica de El País resume bastante bien las bolas de nieve que se tiraron unos a otros ayer durante todo el día.
Los medios, como siempre detrás de los políticos, se han apresurado a tirarse al cuello de sus culpables favoritos. El ABC, por ejemplo, ha elegido a la siempre agradecida víctima que es Magdalena Álvarez.
El blabla es el de siempre: qué vergüenza, cómo podemos ser tan poco previsores, dónde estaban las quitanieves, tralará. Es tan aburrido… Cuando la verdad es que en España es absolutamente imposible tener previstos problemas como el de ayer. Por la pura razón de que en España no nieva.
O sea: podríamos tener, como en Noruega, un quitanieves en cada esquina o uno en cada kilómetro de la autovía. Así no habría nunca problemas de bloqueos de carretera. Pero eso supondría un gasto enorme para unas máquinas que estarían paradas 364 días al año. Sencillamente, no es viable.
Claro que también podría cada conductor llevar cadenas e incluso, como en los países nórdicos, tener un juego de neumáticos de invierno y cambiarlos cuando llegue noviembre. Pero nadie lo hace, porque, de nuevo, en España no nieva. Éste reportaje de El Correo explica bastante bien la situación.
Seamos razonables, pues: días como el de ayer son molestos, pero casi inevitables, a no ser que queramos dedicar a esta cuestión unos recursos que no tenemos, y que habría que detraer de otras cosas sin duda más necesarias.
Por si acaso, quizá sea mejor tomar cada uno las medidas necesarias. Sigan los consejos de El Mundo:
Y también el consejo friki del día,sobre todo porque lo publicaron en el Ideal de Granada: si hace frío, ojito con los piercings.