Será el invierno, el 2009 o el nuevo año chino. Pero uno diría que en las últimas semanas el número de frikis y de tontosmuytontos se ha multiplicado en la prensa mundial. Y coleccionarlos es divertido.

• El asesino desojado. El primero, por reciente, se llama Andre Thomas . Un condenado a muerte de Texas (dónde si no) que está más pallá que pacá. Hace unos años se sacó un ojo con un cuchillo y se lo comió. Ahora ha terminado la tarea. Pero como no tenía cuchillo, las autoridades sospechan que lo hizo sólo con los dedos. Tendría hambre. Ah, hay que añadir a sus hazañas haber matado a su mujer, su hijo, y su hijastra de 13 meses.
• El gili-poli-ladrón: Andrew Cummings, se llama la joya, y es policía en Pineville, Missouri. Hace un año detuvo a una conductora borracha en un control. La chica juró que había visto cómo Cummings sacaba el ordenador portátil de su coche y se lo metía en el coche patrulla, pero nadie la creyó. Hasta que, el pasado 22 de diciembre, a Cummings no se le ocurrió otra cosa que llevar el portátil para que un colega le instalara software.. ¡a la propia comisaría! Otro poli, con la mosca detrás de la oreja, comprobó el número de serie del aparato y… voilá: era el que la chica decía que le había robado. Hace falta ser…
• Los rumanos voladores: Querían esquiar, pero sin pagar el forfait… y sin esquís. Unos 10 rumanos se colaron en la estación de esquí de Valdelinares el pasado día 12, a eso de las 5 de la mañana. Robaron unos colchones, el protector de un cañón de nieve… y hala, pista abajo, sin frenos y de noche. El resultado evidente: tres de ellos acabaron estrellados contra un pino, con diversas fracturas y, se supone, la autoestima por los suelos.
• Desnuda ante ti, oh Señor: Juliana Lima, se llama, y es brasileña, pobre y residente en Santa Cruz (Bolivia). Sin dinero para volver a su país, decidió hacer algo para ser detenida y deportada. Gracias a Dios no se le ocurrió robar un banco ni nada de eso: en su lugar, se desnudó al pie del monumento dedicado al Cristo Redentor en una céntrica plaza, provocando, al parecer, un colapso de tráfico de regulares proporciones. Tuvo que repetirlo, pero al final consiguió su propósito de volar a su país. Vestida, es de suponer.
• Calvin Klein a mí…: Éste salió por la tele. Un vecino de Casetas (Zaragoza), se fue a un programa de la Tele5 dispuesto a romper el récord GUiness de ponerse calzoncillos. La plusmarca era de 137, pero el pobre Roberto Camacho apenas pasó de 100: la presión sobre su columna vertebral le hizo casi desvanecerse, y tuvieron que descalzoncillarle a toda prisa. Y luego que a sus hijos los canean en el cole…
• Fernandito Alonso: Para terminar, un niño-friki, pero nada tonto. No se sabe su nombre, sólo que tenía 6 años y que, como su mamá se había quedado dormida, él había perdido el bus del cole. Y como no quería perderse el cole, cogió el coche de sus padres y condujo durante más de 16 kilómetros en mitad de un tráfico bastante importante hasta estrellarse contra un poste (y dejar el coche hecho una penita). Ocurrió en Virginia. Pregunta aparte: ¿Por qué tantas de estas cosas pasan en EEUU?

Otro día seguimos…