Desconozco en qué capítulo del manual del candidato de provincias consta la necesidad de exhibirse por Madrid unos meses antes de las elecciones, aunque intuyo que será unas páginas más allá de donde se obliga a seguir los pasos del contrincante para no resultar sospechoso de falto de iniciativa. Nada más anunciar Tomás Santos su intención de ofrecer una conferencia-coloquio en la capital de España, Cuca Gamarra hizo lo propio. En el plazo de una semana, ambos han compartido el mismo escenario en el centro riojano de la capital con padrinos de postín, invitados y canapés variados y un discurso bienintencionado con una dosis extra de retórica logroñesa.
Además de sendos ejercicios de lirismo y un baño de autoafirmación para los protagonistas, las citas dejan un escaso saldo para el ciudadano. Lo que a estas alturas demanda de quien ocupará la Alcaldía –y por extensión de los candidatos en otras instituciones– es si continuará la escalada de malos modos, denuncias personales y acusaciones tamaño XXL que pueblan los titulares. Si seguirán aventando el rencor ideológico acumulado durante décadas o por fin arreglarán ese caótico cruce que hay debajo de mi casa.
Lo que muchos hubieran querido oír de Santos y Gamarra es, si llegado el caso y la mayoría se queda corta, gobernarán en coalición con un programa electoral que no es el suyo. Quizá quien realmente debería ofrecer un coloquio sin interrupciones en Madrid es Ángel Varea y la cúpula del PR.
(La autoría de la foto que recoge la presentación de Tomás Santos en Madrid por parte de José Bono es de Newsphotopress)