Lejos de recular en la polémica por las disfunciones que presenta el sistema informático implantado Atención Primaria, el PP ha vuelto a situar las críticas en un plano estrictamente político. Selene funciona y el problema no es del programa, sino de los médicos. De una parte de ellos, para ser exactos, dirigidos y/o manipulados por la oposición con algún ex director del Insalud a la cabeza en el centro Joaquín Elizalde.
Esa es la teoría que maneja la Consejería y secundan los populares que, escalando un grado más en la espiral, han insinuado que ese reducido grupo tiene intereses con la empresa que gestionaba el anterior sistema e incluso se afanan por ralentizar su labor diaria. La acusación se suma a la “falta de responsabilidad” de quienes protestan a diario a las puertas de los centros de salud y a su “incapacidad” para manejar las nuevas tecnologías.
En vez de reconocer las trabas más allá de indicar que en los primeros meses de implantación surgieron algunos inconvenientes que están subsanados o en vías de hacerlo, el PP sigue poniendo a los médicos en la diana de sus contraataques y sin contemplar ni por asomo lo que pide el PSOE y muchos pacientes: que el Gobierno corrija definitivamente los inconvenientes y pida disculpas como ya hizo Esperanza Aguirre en Madrid ante una situación similar. Mientras el ovillo sigue enredándose se echa en falta la voz del Colegio de Médicos. ¿qué opina la institución que agrupa a los facultativos de las sistemáticas críticas que se están vertiendo sobre parte de sus asociados? ¿seguirá consintiendo que se les denigre para justificar las bondades de Selene?
El diagnóstico oficial del Colegio sigue haciéndose esperar.
Foto: Enrique del Río