El bebía una heineken en botellín acodado en la barra mientras ella saboreaba a sorbos cortos un mosto sin hielo. Ambos conversaban distendidamente una soleada mañana de domingo mientras los extraños que veían a la pareja se preguntaban: ¿quién es ésa que habla con el ex alcalde? La que compartía confidencias era una mujer joven, de rostro amable y esos rasgos elegantes que uno intuye haber visto alguna vez en algún otro lado. Tras darle vueltas, algunos cayeron en la cuenta de que chica era la misma de la que en sus tiempos de concejal todo el mundo decía ‘ojo con Mariam, que vale mucho’. Claro, Mariam.

Lejos de las maneras o muy rudas o demasiado pijas de sus compañeros de bancada, Mariam Ferrer representó en su momento la imagen dulce del mandato de Revuelta. En un área de segundo rango como Servicios Sociales, Ferrer tuvo una trayectoria pública tan discreta como eficiente que hizo que cuando abandonó el cargo nadie repara en su ausencia. Pero a lo que Mariam no renunció fue a su amistad con el ex alcalde. Durante todo el tiempo en que ambos han estado ocultos de la escena pública política no ha abandonado la órbita de la amistad de Revuelta. Por eso cuando se hizo público el proyecto de ‘Ciudadanos de Logroño’ el nombre de Ferrer aparecía en todas las quinielas como su acompañante más probable.

El paso dado por la ex concejal en favor del ex alcalde confirma la delgada línea que separa para Revuelta amistad y política, y abre la veda para conjeturar quiénes de los que le escoltaron en sus años al frente de la Alcaldía pueden acompañarle ahora por la misma senda de Ferrer (desde Paz Vilar hasta Rituerto pasando por Musitu) una vez visto que estar afiliado al PP no es ningún impedimento y basta darse de baja para cambiar de bando. Y como las amistades de unos llevan a las amistades de otros, ahí va una pista. Ángel Sáinz Yangüela sigue siendo amigo de Mariam. Al menos en su perfil de Facebook.