¿De qué se habla en las trascendentales asambleas que estos días se celebran por las agrupaciones socialistas de toda La Rioja? En el orden del día está subrayado con rojo cómo gestionar el complejo futuro del partido en la comunidad, claro está, y por añadidura la selección de los candidatos a los comicios del 20-N. Pero si se rasca un poco, con que se ponga el oído en la puerta, podrá escuchar cuáles son los verdaderos rumores sobre los que gira el debate: qué han escrito en los blogs, quién habrá filtrado la penúltima información a los de LA RIOJA, cuántos hilos ha movido cada aspirante, a quién has prometido tú el apoyo, dónde se colocará aquél cuando se caiga del cargo.
En esa tempestad interna que vive el partido (provocada por los resultados electorales y su propia gestión, no por ninguna portada periodística) la cúpula sigue asiéndose al valor a la democracia en el proceso de elección de candidatos. Especialmente en contraposición al proceder de un Pedro Sanz que mantiene estas semanas a todo el PP en posición de firmes en espera de su llamada aunque, a diferencia de la oposición, no alardea de una democracia interna que nunca ha ejercido.
El “aquí todos eligen a uno” mientras en la acera contraria “uno elige a todos” queda sin embargo enturbiada al observar cómo es posible forzar los engranajes de una maquinaria tan imperfecta como todas, generando una especie de democracia a la carta de la que cada uno se sirve para orientar el proceso en la dirección deseada. Lo evidencia algo tan simple como que hace meses, y a pesar de los cantos a la autocrítica y la regeneración tras la debacle del 22-M, fuera ya vox populi lo que la asamblea de Logroño confirmó el pasado sábado: Luena cabeza de lista al Congreso, y el tres veces derrotado Aldama, al Senado. Un movimiento que incluye la salida de la Cámara de Alta de José Ignacio Pérez a cambio de preservar a su delfín de Bobadilla y “rescatar” la eterna figura de una María Victoria de Pablo –está por ver si argüirá su incompatibilidad con el cargo de decana del Colegio de Abogados para caerse a última hora como ya hizo en la lista del Ayuntamiento- que además de capacidad y experiencia presenta algo tan obvio como es su condición de mujer, y que gana sí o sí yendo como número 2 tanto si el PSOE conserva el segundo diputado como si sólo logra uno y corre la lista cuando Luena coja el billete de vuelta a Logroño.
Los contactos, las llamadas constantes, las presiones, las cábalas de futuro en función de quien venza -¿dejará Urquía la secretaria general de Logroño a la que ya no puede optar a José Luis Prado para pasar a ocupar la secretaría de Organización en La Rioja?- están siendo el pan de cada día de un partido que sabe que lo acordado en la asamblea de la capital por poco más de cien afiliados que votaron acostumbra a marcar la línea en el resto de la región a poco que los fieles sigan comulgando. Y todo ello, a pesar de la oferta de más nombres, algunos de los cuales huelen más un intento de división del escrutinio que a pluralismo sincero, y otros se ofertan reclamando la renovación y el cambio de caras que ni ellos mismos pueden ejemplificar.