Existe una regla no escrita que manda ignorar al rival. Minusvalorarlo hasta el extremo de no pronunciar su nombre, recluirlo en una celda de olvido e ignominia. El PP lo cumple a rajatabla en cada mitin, y las paredes de cada pueblo parecen darle la razón. Ni un póster de César Luena; ni rastro del rostro de Aldama en los carteles.
En Lardero, Pedro Sanz se encontró el martes con la dificultad añadida de seguir la norma sin renunciar a poner en entredicho la gestión del Gobierno central y las palabras del candidato socialista al Congreso. “¿Lo conocéis? Lo digo porque muy poca gente lo conoce?” dijo ante la sala. “Pues ése, como digo, ha vuelto a decir que convertirán la DOC Rioja una corporación de derecho público cuando lo han prometido durante ocho años y no han movido un dedo”, aseguró acodándose en el atril y mirando a un lado, como cuando busca subrayar el desdén.
La misma medicina le recetó por recuperar en campaña el compromiso de abrir el año que viene el Instituto de las Ciencias de la Vid y el Vino. “Pero si tenía que haber estado acabado el año pasado, que el Gobierno de La Rioja ha acabado su parte de las obras y el CSIC sigue con la suya pendiente”, denunció. Y como el nombre del contrincante socialista sigue vetado para no concederle un gramo de protagonismo, se refirió a él como el “alma cándida” al que ahora le toca la papeleta de volver a prometer todo lo que Rubalcaba/Zapatero ha prometido para La Rioja (empezando por la liberación de la AP-68) y no ha cumplido durante su mandato. “Ay, qué mal lo tienen que estar pasando estos chicos”, suspiró.
Fotografía: Alfredo Iglesias
Escobar, durante el mitin celebrado el martes por la noche en Lardero ante la presencia de Pedro Sanz y el alcalde de la localidad