Jesús Gil de Gómez, el aspirante al presidencia del PR que disputa el sábado el cargo a Miguel González de Legarra, sintetizó el sentimiento que mueve al sector crítico contra la actual dirección con una analogía cinematográfica: “No he visto ninguna película en la cual el malo pase de la noche a la mañana a ser el más bueno de todos”.
El apresurado aterrizaje con galones de Julio Revuelta en la organización ha conseguido lo que cada congreso ha reclamado Legarra: que alguien se postulara para tomarle el relevo. Parte de la militancia ha ido asumiendo con rabia el declive electoral. Tampoco ha levantado la voz en exceso por la gestión en el Ayuntamiento de Logroño. Ha tenido que ser el pacto con el exalcalde de Logroño lo que ha encendido el descontento y el surgimiento de una alternativa que cae ahora en la cuenta, cuando tiene que “luchar” contra el aparato para hacerse oír, lo complicado que es lidiar con las estructuras de poder. “¿Hemos perdido la memoria? ¿Quién es ese señor para venir a cambiar el nombre de nuestro parido?¿Nadie se acuerda que fue él quien apoyó a Sanz cuando nos dejó sin grupo parlamentario y recortó el dinero al grupo municipal en Logroño?”, recoge un opúsculo anónimo que estos días vuela de buzón en buzón. Algunos aún se preguntan si el que en su día subía las escaleras de la sede en Portales de la mano del presidente de La Rioja para negociar un pacto en el Consistorio logroñés es el mismo que ahora aspira a codirigir la organización.
Revuelta no será finalmente vicepresidente si quien vence es Legarra. La silla reservada para el antiguo delfín de Sanz es la de la Secretaría General, que tampoco es mortadela de saldo. ¿Y por qué no repite en un cargo tan relevante Miguel Gómez Ijalba? “Porque tiene que comer” responde el todavía presidente de los regionalistas, dando a entender que la prioridad actual del que fuera concejal en Logroño es su vida laboral. ¿Significa eso entonces que Revuelta, su virtual sucesor, no tiene que saciar su estómago?
Todo está llevando al PR (o como vaya a llamarse si vence la lista de Legarra) a una digestión ardorosa y un congreso vital donde, lo de menos y a pesar de su trascendencia, será a qué siglas responde. Lo fundamental será que no acabe fragmentado. Que buenos, malos, hambrientos y el resto de los militantes alcancen un consenso para que quien se pegue el banquete en las urnas no sean, al final, sus contrincantes políticos.
Fotografía: Juan Marín
Gil de Gómez, en los pasillos de la sede del PR antes de su comparecencia ante la prensa