Extenderse por el conjunto de La Rioja y no cejar en su labor de oposición. Sobre esos pilares se asienta la estrategia de UPyD en La Rioja para un curso intenso para las aspiraciones de un partido joven llamado a tomar decisiones trascendentales. La más inmediata, elegir su coordinador territorial tras la marcha de Alfredo Rodríguez el pasado mes de junio. Hasta definir su relevo, José Ángel Argüeso (Cartagena, 1966) ejerce como portavoz de la gestora y cabeza visible provisional de una formación que aspira a despegarse algunas etiquetas, mantener el crecimiento que indican las encuestas y ser mucho más que el partido de Rosa Díez.

– Seguir a la espera de definir el líder en La Rioja no parece la mejor forma de encarar esta etapa.
– Es algo coyuntural. Desde que nacimos hace cinco años, el partido está en un sprint permanente. Sin procesos electorales a la vista, Alfredo consideró que era un buen momento para dejar aquí la primera línea y centrarse en el área de Sanidad a nivel nacional. La idea era convocar elecciones internas este mes, pero el anuncio de los comicios del País Vasco ha trastocado el calendario y, aunque no hay un plazo definido, probablemente se dilatará el proceso hasta octubre. Mientras tanto, los miembros de la gestora llevamos las riendas.
– ¿Cuál será la tarea del nuevo consejo territorial?
– Intentar desplegarnos por todas las cabeceras de comarca y el máximo número posible de localidades tras haber conseguido en las últimas elecciones municipales un concejal en Villamediana, otro en Calahorra y habernos quedado por 150 votos a las puertas de entrar en el Ayuntamiento de Logroño. El objetivo es extendernos, pero no a cualquier coste, porque UPyD es muy exigente en el modo de articular consejos locales.
– ¿Y en clave política?
– Ejercer una labor de oposición en todas las instituciones desde nuestra visión federal que plantea el cierre de las competencias autonómicas. No se trata de que todo se centralice en Madrid y volver a los gobernadores civiles, sino de que ciertas transferencias sean devueltas al Estado para mejorar la gestión.
– ¿Cómo se traduce según UPyD ese escenario en La Rioja?
– Tal y como esta concebido y en las actuales circunstancias, hay que elegir entre el estado autonómico y el estado del bienestar. Eso no significa tanto renunciar a las comunidades como repensar el sistema. El Gobierno de La Rioja, como sucede en el resto de comunidades, ha creado a lo largo del tiempo unas redes clientelares que ahogan al país, exprimiendo los recursos del Estado sin aportar apenas nada al conjunto. Se quiere hacer ver que la estructura está cambiando en La Rioja, pero no es cierto. Todos los altos cargos que se han suprimido se han recolocado, y no se ha abordado en profundidad la eliminación de fundaciones y entes públicos que limitan la obligada transparencia en la administración. Creando estructuras paralelas en las que no se siguen los criterios de objetividad, capacidad y mérito que exige la función pública, se han ido mermando los mecanismos de control y sobre todo la efectividad.
– ¿Qué competencias sería partidario UPyD de devolver al Estado en el caso de la comunidad?
– Fundamentalmente Educación y Sanidad. En el primer caso son inviables 17 planes diferentes en toda España. Respecto a Sanidad, tampoco parece apropiado que, con unos recursos limitados, cada cual tenga todas las especialidades cuando desde el Estado podrían diseñarse dotaciones y servicios comunes distribuyéndolas de forma más racional y eficiente. Así se evitarían además conflictos como el que La Rioja con el País Vasco por la atención de pacientes alaveses y que evidencian nuestra tesis.
– ¿Cómo se plantea trasladar esos mensajes con una representación institucional limitada?
– Con mucho esfuerzo. Donde tenemos concejales, presentamos iniciativas, y donde no es así, nuestros afiliados acuden a los plenos y recaban toda la información posible como ciudadanos para elaborar alternativas dejar oír nuestra voz.
– Una de las veces que más se escuchó fue con la polémica petición de crear una “Ebro región” con La Rioja, Aragón y Navarra que la dirección nacional desacreditó.
– Todo fue un malentendido. Nuestra idea no es crear una comunidad autónoma como tal, sino establecer lazos de colaboración entre regiones con intereses y fronteras comunes. Era sólo una idea en la que está trabajando, y el propio responsable de prensa del partido dijo que había entendido una cosa que no era como se difundió.
– Episodios así alimentan el cliché de que UPyD es un partido escorado a la derecha, centralista y sometido al liderazgo de Rosa Díez.
– Viendo el perfil y la trayectoria de los responsables de UPyD es evidente que esos estereotipos carecen de sentido. Lo que ocurre es que los nacionalismos han logrado que todo lo que no sea ir en una determinada dirección se considere reaccionario. El Estado tiene por objetivo hacer que la gente viva mejor. Es evidente que no está siendo así y hay un reparto de competencias disfuncional. ¿Por qué ha de ser reaccionario repensarlo?
– ¿Comparte la idea sugerida por Sanz de empequeñecer el Parlamento riojano y reducir la representación de 33 a 25 diputados?
– Como se plantea y el cuerpo electoral de la comunidad, la proporción de partidos representados se mantendría. La clave está en el límite para entrar en el hemiciclo. El 5% debería bajar, pero no por el interés particular de UPyD que logró 6.000 votos aquí, sino para reflejar la voluntad real toda la sociedad.

Fotografía: Díaz Uriel