El ejercicio de difusión de las retribuciones que perciben sus cargos públicos y orgánicos y las propias cuentas del partido que está practicando el PSOE de La Rioja genera múltiples de reacciones. En síntesis, podrían agruparse en cuatro:
A esa mezcla de sabores contradictorios se suma el error de bulto cometido por el propio PSOE al calcular las dietas y asignaciones de viaje que recibió César Luena como diputado nacional en el 2012. No una diferencia de varios céntimos; no un desliz al alza. El secretario general de los socialistas riojanos cobró el año pasado casi 5.000 euros de la Cámara Baja por vivir fuera de Madrid que lo reflejado en primera instancia. El fallo al hacer el cálculo, subsanado ya en la web, ha servido a los populares para desvirtuar al instante las intenciones y el rigor socialistas y, de paso, circunvalar lo que también a ellos se les demanda: poner en el escaparate público junto a la fotografía de cada uno de sus cargos el dinero que perciben. De momento, sólo es cristalina la nómina de Carlos Cuevas -52.452 euros como portavoz liberado de su Grupo Parlamentario y otros 10.356 según la indemnización estipulada por la Cámara regional- mientras para el resto se remiten a la web de la Cámara, la del Congreso, el BOR o, en su caso, los acuerdos de la Mesa del hemiciclo. Una invitación, en definitiva, que sigue el camino inverso que debe guiar cualquier información con afán de comprensibilidad y nitidez: indicar las fuentes de donde sale un dato en vez de dar un dato que pueda corrobarse luego en las fuentes.
En vista de los recelos internos que ha levantado la estrategia del PSOE, la susceptibilidad que levanta entre ciudadanos cuya nómina (si la tienen) no llega ni de lejos a de Luena y compañía y la cerrazón del PP en poner negro sobre blanco el dinero de todos los contribuyentes que circula en sus cuentas, cabe preguntarse: ¿para qué sirve un striptease?