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Teri Sáenz

Chucherías y quincalla

Pedro Sánchez: “Lo importante no es tanto con quién puede alcanzarse un acuerdo sino para qué”

Pedro Sánchez (Madrid, 1972) está confiado en seguir recuperando las dosis de confianza que el PSOE perdió en la última etapa de Rubalcaba. En su recetario para conseguirlo, propuestas audaces pero realistas y asambleas abiertas como la celebrada en Logroño en las instalaciones de Riojafórum. pedro sanchez

-¿Qué PSOE encontró de puertas adentro al acceder a la Secretaría General en julio y qué ha cambiado desde entonces?
-Me encontré un partido con muchísima ilusión y cohesión interna y hoy está con mucha más ilusión y cohesión interna que entonces. Entre otras cosas, porque hicimos algo histórico como fue abordar la crisis de la democracia con más democracia y fuimos todos los militantes los que elegimos a un diputado desconocido como era mi caso para liderar el partido. A partir de ahí he hecho lo que prometí: estar más en la carretera que en el despacho, pisar la calle, combatir la corrupción y construir un proyecto socialista nuevo y mayoritario.
– Ese tránsito por la carretera ha incluido numerosas paradas en programas de televisión que una parte de la opinión le censura.
-El PSOE debe estar presente en los grandes debates de la sociedad, que ahora le está escuchando con muchísima esperanza respecto a sus propuestas de reforma fiscal, derogación de la reforma laboral o defensa de la clase media y trabajadora. Tenemos que seguir recuperando mucha de la confianza perdida en los últimos tiempos y mi deber es ser un político de calle, porque en la calle es donde está ahora mismo la política y se nos quiere escuchar. En este sentido, yo estaré en aquellos lugares que me sean útiles para hacer llegar el proyecto socialista. Eso incluye cualquier plató de televisión e incluso el periódico en el que usted trabaja.
-¿Se ha contenido así la hemorragia de votos que señalaban las encuestas en la etapa de Rubalcaba?
-Sí. No soy nada autocomplaciente con los sondeos, pero lo cierto es que todos ellos reflejan tres dinámicas: la caída muy acusada del PP, la emergencia de Podemos y la recuperación del PSOE. Trabajo para que sea más intensa, pero se evidencia que tenemos opciones muy reales de ganar los comicios en noviembre.
-¿Es la vuelta atrás ahora en el artículo 135 que usted también votó un intento de reconciliación con el votante socialista?
-Es la voluntad de enmendar un error y de blindar lo que es propio de la sociedad democrática, que es el estado del bienestar.
-Los mismos sondeos dicen que son cuestiones como aquella la que han trasvasado parte del electorado socialista a Podemos.
-Lo que está haciendo fundamentalmente Podemos es activar un voto que estaba en la abstención. Doy a Podemos la bienvenida al debate de los partidos políticos, pero a sus dirigentes les exijo lo mismo que me exigen a mí: consistencia en las propuestas y explicaciones sobre aspectos que afectan a su pasado más inmediato, porque con la misma vehemencia que escuchaba hace tres semanas a Pablo Iglesias que uno se puede jubilar a los 60 años ahora dice que a los 65.
-¿Cabría algún tipo de acercamiento a Podemos ahora que se sitúa en la socialdemocracia?
-Agradezco que reconozcan que la socialdemocracia es la receta a todos los males, aunque olvidan que para ser socialdemócrata hay que ser del PSOE. Uno no puede levantarse diciendo que es izquierda anticapitalista, a la hora de comer mediopensionista y por la noche socialdemócrata escandinavo. Es sorprendente que Pablo Iglesias esté ahora renegando de su programa de las europeas o diga querer gobernar el país asumiendo que no tiene equipos para gobernar municipios. Les pido que sean consistentes en las ideas y den más explicaciones sobre los supuestos pagos en negro a sus trabajadores, lo que demuestra, por otro lado, que no soy casta ni ellos tan castos. En todo caso: lo importante no es tanto con quién se puede alcanzar acuerdos sino para qué, y ahí están por ver cuáles son las propuestas de Podemos.
-¿Ese “qué” podría ser el modelo territorial con Cataluña al frente para alcanzar acuerdos de estado puntuales con el PP que incluyan una reforma de la Constitución?
-Debería serlo, porque la reforma constitucional que plantea el PSOE es para todos. Sobre tres ejes: blindar los derechos sociales, regenerar la vida democrática y forjar un nuevo modelo de convivencia territorial. Cuando se lo propongo a Rajoy su alternativa es la nada, el bloqueo. Eso debe ser resuelto en las próximas elecciones porque, además, la reforma constitucional es la oportunidad de renovar España.
-¿Qué diferencia el modelo federal que pergeña con el actual estado de las autonomías?
-Hoy no tenemos fijadas en la Constitución cuáles son las competencias de la Administración General, del Gobierno central y de las comunidades. Y tampoco están constitucionalizados los principios de financiación autonómica, que para el ciudadano es el modo de sufragar los servicios esenciales. El sistema federal es por tanto un paso natural del sistema autonómico. O si me lo permite, un sistema autonómico perfeccionado. Pero el federalismo no es una cuestión sólo instrumental; también una forma de entender la política más abierta al pacto y al diálogo, no al ruido y a la diferencia.
-¿Qué papel jugaría una región como La Rioja en ese modelo?
-El que quieran los riojanos. La identidad y vocación de autogobierno de La Rioja debe ser reconocida también en la Constitución, porque con la derecha siempre ocurre lo mismo cuando gobierna: intenta uniformizar las comunidades y diferenciar la financiación de cada una de ellas recortando el dinero para los servicios públicos esenciales. Nuestra propuesta es la contraria: que la diversidad se vea reconocida en la Constitución pero que la igualdad entre españoles con una financiación más potente se vea también reconocida en la Carta Magna.

 

Fotografía: Díez Uriel


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