Las primeras noticias sobre la intención del Gobierno de La Rioja de practicar en el San Pedro el primer trasplante de riñón están datadas en mayo del 2007 . Después de culminar la descomunal obra del Hospital y sin más infraestructuras de calado que exhibir, una de las metas de Sanz para la siguiente legislatura había consistido en eso: añadir a La Rioja al listado de 38 hospitales -¿en cuántos no se realizaba esta intervención?- en los que los pacientes no deben salir fuera de su región para implantarles un nuevo riñón.
Después de años esperando y meses y meses preparando las instalaciones y el personal para conseguirlo, resulta que en menos de una semana se han realizado dos. Sin desmerecer el mérito profesional que ello supone y confesando mi desconocimiento sobre los pormenores clínicos del asunto, no deja de resultar llamativo que el “hito” del que hablaba se haya concretado a prácticamente un mes de las elecciones. Y no como un hecho aislado, sino por partida doble. Años aguardando, y al final ha sido posible practicar dos trasplantes de riñón con apenas unas horas de diferencia y sin mayores complicaciones.
Será verdad eso de que todo depende de que coincidan un donante y un receptor idóneos, que se confabulen los muchos factores requeridos para hacer posible una intervención de esta envergadura, pero en el fondo de todo ello no deja de haber un tufo a cloroformo y electoralismo que no estaría de más explicar para espantar las dudas y la Junta Local no aparezca a última hora obligando al beneficiario a devolver el riñón por considerar que pueda alentar al voto.
Mientras todo eso llega, salud para los trasplantados y muchas gracias a las familias de los donantes anónimos y generosos.