El despacho que ha venido ocupando Francisco Martínez Aldama en la sede de Martínez Zaporta es un generoso espacio con aire minimalista en el que sobresalen dos imágenes. Una es un enternecedor dibujo garabateado por sus hijos que le recuerdan que es el mejor padre del mundo. La otra es una fotografía de los primeros tiempos de Zapatero en los que un Kiko casi imberbe le observa con ojos de admiración y respeto. Con el paso de los años y el resultado electoral del 22-M, la instantánea recobra valor como metáfora del trayecto vital y político de todavía secretario general del PSOE riojano. Su carrera ha querido ir paralela a la del líder máximo, e igual que los mejores momentos del de León han sido también los de del Herce (con la diferencia de que uno ha gobernado y el otro ha ido siempre a rebufo del PP riojano) el ocaso de uno será también el final de etapa del otro.
Ahora que todos guardan en el trastero las fotografías que se sacaron sonriendo junto a Zapatero, también hay una sensación de marcar distancias con el Aldama que enfila ya la puerta de salida. Significativa fue la escena en la que el derrotado líder del socialismo riojano anunciaba su próxima salida, explicando que el “no sadremos corriendo” va a ser un “saldremos despacio”. Amigo de la importancia que tienen tanto las formas como el fondo de los mensajes, Aldama compareció ante el atril completamente solo. A su lado no estaban ni el secretario de Organización ni la guardia pretoriana que le ha escoltado en sus comparecencias más comprometidas, intentando en esos momentos clave trasladar una estampa de unidad y homogeneidad que ahora amenaza con resquebrajarse. Todos guardaron un segundo plano al fondo de la sala.
En su mano queda ahora la difícil tarea de bregar contra los comentarios que empiezan a abundar en los corrillos sobre el que tomó las riendas de un partido desastrado y, a pesar del repunte inicial, lo ha vuelto a dejar en unos mínimos históricos. Que si fue una marioneta de los intereses electorales de Ferraz sin voz propia, que a dónde iba asegurando que había alguna posibilidad de victoria, que vaya representación del Gobierno central en la campaña con segundones como Bibiana Aído, Gaspar Zarrías o Miguel Sebastián… ¿Será Luena capaz de asumir la herencia con elegancia sin subirse al carro de esa marea despectiva al que tanto le debe? ¿Esconderá también el de Bobadilla debajo de la alfombra las fotos que se hizo con el índice sobre la ceja?
Un histórico dirigente socialista riojano resumía la estética de la hoja de ruta que debe seguir ahora el partido en una reflexión: “A ver si ahora somos capaces de no hacer leña del Kiko caído”.
Fotografía: Enrique del Río