Pedro Sanz pidió el jueves por la noche en el mitin de Calahorra todo lo que viene reclamando a lo largo de la campaña. Confianza, futuro, responsabilidad, liderazgo, un voto útil (para el PP, claro)…. La novedad es que a esa gavilla de propuestas añadió una chirriante entre el ardor de las elecciones: una sonrisa. Sí, como lo oye. “A ver si nos reímos un poco, que la sociedad está muy triste y una sonrisa siempre es saludable y da más años de vida”, lanzó a la audiencia.
El apunte le sirvió al presidente para hacer un paréntesis intimista de esos que ha prodigado en otras plazas. Un recuerdo de juventud (y de las sonrisas que reclamaba) vinculado a Calahorra donde estuvo internado y asistió al instituto, y la localidad en la que según confesión propia pasó buenos ratos en sus discotecas (sobre todo la Mimos) y los cines (el Goya y el Lope de Vega, principalmente). “Por una peseta veíamos allí dos películas”, rememoró en la es su “segunda ciudad” después de Igea.
Pero claro que no todo fue nostalgia, felicidad y buenos sentimientos. Parafraseando nada menos que a Bill Clinton, Sanz se dirigió imaginariamente a Rubalcaba/Zapatero desde el atril de Calahorra para advertirles dónde está el meollo de la crisis y la superación de la actual coyuntura. “Es la economía, idiota”, subrayó para alertar de que el PSOE “nos llevan a la hecatombe”. O en otras palabras más pegadas a la tierra, la Mimos o el Lope de Vega: “Nos llevan a esos años de subsistencia donde el primer plato lo sacábamos de la tierra, el segundo del corral y no teníamos ni siquiera para pagar el cine ni para ligar”.
Fotografía: Miguel Herreros
Sanz, durante su intervención en el mitin ofrecido en Calahorra junto a Conrado Escobar y Javier Pagola